Calzoncillos slip

Fue Oscar Wilde quien, entre muchas otras perlas de sabiduría, nos dejó esta joya: “la moda es tal esperpento que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses”. No le faltaba razón, como casi siempre, al gran escritor, y es que lo que hace nada se consideraba actual y ‘cool’, puede estar hoy en día totalmente desfasado, y viceversa.

La moda es algo cíclico, al menos la moda entendida tal y como se entiende por parte de diseñadores y marcas, que lanzan dos colecciones cada año con la idea de que renovemos nuestra imagen y nuestros armarios. Pero como se suele decir: “nunca tires nada”. Porque esa prenda que compraste hace tiempo y que no te pondrías por nada del mundo, puede volver y convertirse en un ‘must’ mucho antes de lo que pudieras imaginar.

Ejemplos de esto los hay tantos como días tiene un año. Los pantalones campana, las gafas de aviador, la pajarita, las cazadoras bomber…y los calzoncillos slip. Sí, los slips vuelven. Seguro que nunca te hubieras visto volviendo a llevar este tipo de ropa interior, más propia de tiempos pasados, pero Oscar Wilde estaba en lo correcto.

Así que si tienes unos calzoncillos slip antiguos a los que puedas devolver a la vida, ¡no lo dudes! Sácalos del cajón y dales otra oportunidad. Y si no, en el mercado vas a encontrar un montón de marcas y modelos diferentes de entre los cuales, seguro encontrarás uno que se adapte a tus gustos y necesidades.

¡El calzoncillo slip vuelve con más fuerza que nunca! ¿Te vas a quedar atrás?

Los primeros calzoncillos slip se remontan al año 1886, aunque no fue hasta 1934 cuando comenzaron a hacerse muy populares gracias a los slips Jockey, un modelo que se inspiraba en los bañadores cortos típicos de los bañistas de la Costa Azul. Este modelo se posicionó como una de las prendas más usadas de la épica, gracias a su novedoso sistema de sujeción. Una característica parte delantera en forma de ‘y’ invertida que se convirtió en todo un icono que ha durado hasta nuestros días.

Un calzoncillo que estaba llamado a ser dueño y señor de nuestros cajones hasta que hizo aparición el boxer. Los boxers se adueñaron de las cinturas masculinas dejando al slip relegado a una esquina de la que parecía que nunca iba a salir. Pero sí, como muchas otras modas, el slip volvió, y con más fuerza que nunca.

Su comodidad y sujeción han llevado a muchas marcas a volver a apostar por esta prenda, y la apuesta ha sido recogida por el gran público, que ha hecho que el calzoncillo slip se convierta otra vez en una de las opciones de ropa interior masculina más vendidas. El slip es un calzoncillo muy ajustado que permite que podamos llevar cualquier tipo de pantalón sin que se marque nada de lo que llevamos debajo. Una gran ayuda ahora que los pantalones pitillos son los grandes protagonistas de los ‘outfits’ masculinos.

Además, el slip ha evolucionado mucho desde los primeros modelos y se caracterizan por tener un talle bajo, estar hechos en tejidos traspirables y contar con un ajuste extra. El tamaño ha disminuido notablemente, haciendo que sea una opción muy atractiva para todos aquellos que se encuentran a gusto con su cuerpo y quieren lucirlo en todo su esplendor. Se trata, en definitiva, de una prenda mucho más ergonómica.

Durante el primer año de la II Guerra Mundial, el ejército británico se encontró ante un problema que no esperaba, y que no venía de parte del bando alemán, sino del suyo mismo. Los uniformes, respondían a la necesidad de camuflarse para evitar las balas enemigas, pero los diseñadores olvidaron un pequeño detalle. Los calzoncillos slip que llevaban los soldados, eran blancos, por lo que cada vez que los ponían a secar, se convertían en un verdadero reclamo para las tropas enemigas.

Mientras que toda la ropa era color verde y marrón, los slips lucían un blanco absoluto. Así, fueron los propios soldados los que pidieron que se cambiase el color de sus slips, petición que fue aceptada. El Gobierno británico cambió el color de la ropa interior de sus soldados y, el resto, es Historia.