Blazers para mujer

El mundo de la moda es un constante intercambio y renovación de tendencias en el que las revisiones pasadas y los usos variados de las prendas están a la orden del día. Una buena muestra la tenemos en muchas prendas que pasan del universo masculino al femenino y viceversa. El mejor ejemplo, el blazer. Una prenda que nació como exclusivamente masculina pero que la mujer ha sabido adaptar y hacer suya. Así, a día de hoy, es un imprescindible tanto en el armario de los hombres como en el de las mujeres.

El blazer es una prenda que, entre otras cosas, se caracteriza por su aspecto social, ya que es una apuesta segura para reuniones y eventos de todo tipo. Los blazers (también conocidos como americanas), se pueden encontrar en una gran variedad de materiales, colores y modelos, y se caracterizan por unas mangas largas que pueden ir dobladas y por su versatilidad a la hora de combinarse con otras prendas. Es una apuesta segura tanto con 'looks' formales como otros más relajados y funciona igualmente de día como de noche.

¿Sabías qué? ES muy común confundir un blazer con una chaqueta, pero son cosas diferentes. La chaqueta es la prenda de vestir superior de un conjunto llamado traje, compuesto por varias piezas que están conjuntadas. Todos ellos del mismo material y color, sin embargo, un blazer es una prenda independiente con una inspiración más formal y que se utiliza conjuntándose con otro tipo de prendas.

El blazer de estilo tradicional se caracteriza por un largo estándar, hombreras y solapas. Se combina a la perfección con unos pantalones vaqueros o chinos y, solo basta con remangar un poco los brazos para darle un aire más moderno y actual.

Hay algunos modelos de blazer que tienen una inspiración oriental clara que podemos ver en la zona del cuello. En lugar de la solapa tenemos un cuello elevado y un ajuste perfecto a la cintura y algo largueado en la zona de las caderas. La figura queda estilizada y se usa mucho en fiestas y eventos nocturnos.

El modelo de blazer sin solapa tiene un corte muy similar al blazer tradicional pero el acabado de las mangas varía. A esta parte se le da un tratamiento especial que marca la diferencia en este modelo, dejando un espacio para esconder los botones en un ejemplo claro de sofisticación.

El blazer corto es una opción óptima para looks más formales, para combinar con vestidos o incluso con leggins y pantalones pegados. Es posible encontrarlo con o sin solapas y el corte, normalmente, suele ser muy acentuado a la altura de la cintura. Entre todas las opciones disponibles en el mercado, encontramos también algunos sin hombreras.

Las mangas, recortadas en medio del antebrazo, dotan de un aire romántico a este modelo de blazer haciéndolo perfecto para ocasiones especiales y para tiempo de primavera otoño. Su intención no es abrigar sino dar color a los 'outfits', es por eso que, en la mayoría de casos, nos encontremos ante modelos con telas brillantes y telas ligeras.

Además del modelo tradicional corto, también podemos encontrar unos aún más reducidos en su tamaño y con inspiración en el mundo de la danza. Este tipo de blazer, tiene un corte por encima de la cintura y mantiene los hombros muy estructurados, provocando así una figura llena de matices.

Existen varias leyendas urbanas acerca de los orígenes del blazer, pero hay dos que sobresalen por encima de las demás:

Lady Margaret Boat Club

Mucha gente apuesta por el nacimiento del blazer como una especia de versión femenina de la capa para las mujeres que formaban parte del Lady Margaret Boat Club, un club de regatas fundado en 1825 en la localidad inglesa de Cambridge. La pieza en concreto, estaba realizada en terciopelo rojo, de ahí el nombre original proveniente del inglés “blazing”, que significa ardiente. Esta tradicion se mantiene hoy en día en el Club, tanto para hombres como para mujeres.

H.M.S. Blazer

Otra posible versión sobre el origen del blazer nos lleva de nuego a inglaterra, a un navío en el año 1837. Según cuentan, el blazer nació cuando el capitán de este barco, H.M.S. Blazer, encargó nuevas chaquetas para todo su equipo, con la idea de impresionar a la reina Victoria, que había decidido hacer una inspección de los buques y la marina. Los modelos tenían rayas azules y blancas y gemelos abotonados.